Nada sería lo mismo si no me hubiera encontrado con algunos de estos viajeros. A cada uno les debo mucho. Admiración, compañerismo y sobre todo inspiración. A través de su ejemplo marcaron la ruta y búsqueda de libertad en la que me encuentro.
1- El surfista californiano
Chris, me dio la oportunidad de trabajar en Rio en su Hostel Harmonía en Ipanema. Surfista, bueno pa’ su cañito, fanático a la médula del Manchester United, rápidamente pasó de ser un jefe a un modelo. Siempre sonriendo, todos los huéspedes lo adoraban por su sencillez e historias. Expatriado en Rio por amor a una garota, me dio la inspiración para moverme por el corazón ¿Como no iba ser así ? Si al mirar a Chris veía todo lo que quería en mi vida. Aventuras, felicidad y amor.
2- El nómade digital sueco
“Si vuelves a trabajar a Chile te vas a dar un tiro en los pies”
Esas fueron las palabras de Valentín que me calaron para siempre el 2009 en Tailandia. Valentin es mi primo sueco, mitad chileno de sangre. Ya en ese entonces él tenía la libertad de trabajar online al especializarse en SEO, y en los casinos online. Con 22 años había vivido en Tailandia, Malta y Canada. Mi primo me abrió los ojos, me mostró que de alguna forma era posible escapar de la rutina de la oficina. Lucha en la que todavía me encuentro.
3- El mochilero francés
Con la calma del vagabundo, y quien se siente en paz consigo mismo, ví en Gerome a ese viajero viejo escuela, a quien no le interesan las redes sociales y que ha adoptado el viaje como estilo de vida. Con ocho años en la ruta, habla cinco idiomas, viajado a dedo por todas partes y con anécdotas para escribir un libro. Me transmitió valentía, además de un amor por el minimalismo, y viajar ligero que aún tengo que trabajar “‘Para que pagar, si lo puedo hacer gratis”.
Ahora radicado en Marsella con una hija, lo he podido visitar y ver como espera que su Mayita crezca para poder viajar juntos.
4- El viejo irlandés
A Eamon lo conocí cuando trabajaba en Harmonia Hostel en Rio de Janeiro. Lo vi por primera vez una noche de lluvia entrar con su mochila, bien erguido, con su pelo blanco mojado para hacer check in en una pieza compartida de ocho personas. Inmediatamente me causó admiración y respeto. En sus ojos había un anhelo de vivir. Tranquilo y generoso, fue de los pocos huéspedes con el que genuinamente compartí una o varias cervezas . Ahora que ya estoy en los treinta, pienso en Eamon y sonrío. La edad es algo mental.
5- Mi amigo de toda la vida
Todo viaje empieza con un primer paso. En este sentido Seba me ayudó, apoyó e inspiró mucho. Mientras preparaba mi partida el 2013, muchos amigos aterrizaban mis sueños, me ponían en duda, que iba volver antes, que estaba perdido y un largo etc. Por su lado, Seba me apoyaba, como no, si el entendía. Su alma aventurera, lo llevo a realizar un hermoso viaje de Alaska a Patagonia, el cual me inspiró y alimento mis ganas de salir. De él, aprendí su enorme amor a la naturaleza, y llevar en acción mis sueños.
6 y 7- La pareja ciclista estoniana
René y Marie los conocí en una vendimia en el Valle de la Loire en Francia. A la cual llegaron luego de atravesar Estonia, Lituania, Letonia, Polonia, Alemania y Belgica en bicicleta en un poco más de un mes y medio. Pude compartir con ellos por dos semanas, mientras vivíamos acampando en el mismo viñedo. Ahora están juntos en Australia para ahorrar y volver a Estonia y poder montar su propio sauna en el campo estoniano. En ellos veía todo lo que desearía encontrar en una pareja. Alguien con quien poder vivir, pero vivir de verdad.
Bonus track
Mis viejos
Por apoyarme, por estimular mi imaginación desde niño al obligarme leer todos los días, por esos viajes al sur y tantos otros. Además por su propio ejemplo. Gracias.
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