Cracovia

El Pianista (2002) de Roman Polanski nos ha brindado quizás la visión de Polonia que ha calado más profundamente en el imaginario de la generación del 2000. Cracovia y, por alguna razón, el resto de Polonia, ha quedado sepultada bajo esta imagen de ruinas. Pese a la gran importancia de la transmisión de esta memoria histórica, muchas de estas imágenes predisponen a la gente a pensar en Polonia en torno a un escenario de ruinas. Esto no podría estar más alejado de la realidad actual del país.

Cracovia es una gran testimonio de la complicada relación entre una imagen impuesta por la historia, construida tanto por los hechos históricos como por la industria del cine, y el enfrentamiento del pueblo con su propia historia. Cracovia es una ciudad que a primera vista asombra por su única arquitectura, el contraste entre diferentes estilos arquitectónicos en la plaza y por el gran trabajo de conservación de cada uno de los edificios. Si estás en Europa y quieres viajar por poco dinero, esta ciudad es un gran lugar para empezar. Los alojamientos son muy baratos, y la comida, por fortuna, no tiene nada que ver con la de sus vecinos históricos, Alemania y Rusia.

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Plaza del Mercado de Cracovia

El polaco común no tiene nada que ver con el estereotipo frío e inhospitalario, adjudicado a toda la gente de la región del mar Báltico. La gente de Cracovia está siempre encantada que gente de todas partes del mundo estén interesadas en su ciudad y les encanta señalar su rivalidad con otras ciudades de Polonia, como Varsovia y Breslavia. La mayoría de la gente a cargo de servicios sabe hablar inglés y, para mi sorpresa, muchas personas también hablan español. Por ejemplo, uno de los guías de turismo hablaba español con acento argentino porque, según él, de este modo, hacía enojar a los turistas españoles.

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Plaza de los Héroes del Ghetto de Cracovia

Cracovia es una ciudad llena de contrastes. La plaza y el centro de la ciudad están llenos de bulevares, restoranes, iglesias, músicos ambulantes y actividades culturales. Sin embargo, si vas afuera del centro hacia el barrio judío vas a poder encontrar muchas de las locaciones usadas en El Pianista y, más importante, cargadas históricamente por las ocupaciones Nazis y Soviéticas. En esta parte de la ciudad está el muro que tuvo que escalar Roman Polanski cuando niño para escapar de los campos de concentración. Quizás uno de las partes más lúgubres de la ciudad es el memorial de las setenta sillas vacías en Plaza de los Héroes, en memoria a las víctimas de las atrocidades cometidas contra los judíos en la segunda guerra mundial.

Cracovia, es un lugar que no te debes perder si viajas a Europa. Este es un lugar cargado simbólicamente por la historia de la primera mitad del siglo XX en Europa. Sin embargo, es también una ciudad en la que se puede ver cómo esta historia ha impactado el porvenir de Polonia. La impactante arquitectura de la Plaza del Mercado, el buen sentido del humor y hospitalidad de la gente y la gran comida (¡no olviden probar los Pierogis y el codillo de cerdo!), hacen que Cracovia sea una de las ciudades más interesantes para visitar en Europa.


2 Comments

Valentina · Marzo 8, 2016 at 1:44 pm

Buena columna!

Nicolás Vergara · Marzo 8, 2016 at 6:51 pm

Gracias! Muy capo Tomás. Muy lindo tu blog también!

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